Un señor de la guerra, alguien que sólo traía visiones de pesadilla para su enemigo en una época en la que la vida y la muerte estaban a una distancia de parpadeo.
El señor de la guerra que estaba por encima del resto, pero incluso con esta gracia, descendió lentamente, cayendo abruptamente en la vida, perdiendo su poder, reputación y prestigio.
En su decadencia, abandonado por la vida, se despertó en un reino misterioso, que algunos llamarían Limbo, un reino, entre el reino de la muerte, el Tártaro, y el reino de los vivos. Un lugar donde se reunían todas las almas condenadas, los irredentos que habían perdido la fe en Dios.
'Vlad, oh gran líder, después de tantos años de lucha contra el enemigo, has caído tan bajo que ni siquiera Dios quiere abrazarte y dejarte entrar en su reino'.
Sin embargo, la salvación llegó de una manera más siniestra, teniendo sólo una opción para escapar de esta prisión de almas, aceptar su regalo o permanecer para siempre atrapado en este reino, donde las almas no pueden salir.
